He estado revisando por qué un país como el nuestro, Colombia, tiene una percepción tan alta de felicidad en sus habitantes y he encontrado que muchos de los indicadores que me parecen razonables para medir la felicidad en un país no aplican para nosotros, o por lo menos no para estar dentro de los países más felices del mundo.
Haré una lista de 10 indicadores de las más de 300 variables que se tienen en cuenta para medir la felicidad haciendo una pequeña explicación de por qué me parece prudente incluirlos, entendiendo que no son los únicos o los más relevantes, pues no tengo la formación académica en economía para hacer este análisis.
- Alto grado de confianza en los ciudadanos: La confianza es imprescindible cuando hablamos de felicidad, de manera que una persona feliz debe tener un mayor nivel de confianza en sus vecinos, debe poder caminar confiado en las calles.
- Bajos niveles de corrupción: La corrupción es una señal muy pobre del funcionamiento de las instituciones, de unas políticas acabadas y de una sociedad en crisis.
- Bajos niveles de desempleo: El empleo genera tranquilidad, ocupación e ingresos honestos.
- Alto ingreso per cápita: Si bien está demostrado que no existe una relación proporcional entre ingreso y felicidad, se requiere llegar hasta un cierto nivel de ingreso que mejore el bienestar y la calidad de vida de las personas. Es un indicador importante en sociedades capitalistas y en un país como el nuestro donde el salario mínimo no cubre las necesidades básicas de una familia.
- Alto nivel de empleo para adultos mayores: La inclusión de personas adultas mayores en la fuerza laboral es un elemento importante en las sociedades felices por ejemplo, sociedades como Japón no solo incluyen a las personas mayores, sino que valoran su experiencia.
- Una sombra económica pequeña: Países con una sombra económica pequeña como Canadá o Noruega, presentan mayores índices de felicidad que un país como Estados Unidos, por otra parte existe una fuerte relación entre el tamaño de la sombra económica y los niveles de corrupción.
- Libertad económica: La libertad económica se refiere a nuevas oportunidades para los individuos a la hora de buscar facilidades para construir empresa y para empezar de nuevo. Abrir o liquidar una sociedad en Colombia es mucho más complejo que en muchos países, como por ejemplo en Estados Unidos, donde en el estado de La Florida por lo menos, uno puede abrir y cerrar su empresa en un portal de internet.
- Alto nivel educativo: Se entiende por alto nivel educativo países donde la educación mínima recibida sea de 13 años en adelante. La educación esta relacionada con la felicidad, pues las personas que tienden a dar mayor importancia a actividades que contribuyan a su bienestar, también tienen acceso a mejores empleos e ingresos.
- Bajas tasas de criminalidad: Está relacionada la alta criminalidad, con la corrupción y el desempleo, es inversamente proporcional, la criminalidad con la felicidad.
- Altas tasas de natalidad: Los países donde las personas tienen la confianza para criar a sus hijos son países más felices.
Creo que se escapan otros temas importantes como las tasas de suicidio, las relaciones sociales estables y la salud entre otros factores que pudieran ser relevantes a la hora de evaluar una sociedad feliz o un país feliz; sin embargo, si analizamos a Colombia bajo estos parámetros nos encontramos con un país con niveles bajos de felicidad.
Cuesta trabajo entender desde una perspectiva de indicadores económicos como estos, la forma en que un país con la desconfianza en sus gobernantes e instituciones, los altísimos niveles de corrupción que manejamos, las altas tasas de desempleo, los bajos ingresos y pobres niveles educativos puede encontrarse dentro de los países más felices del mundo; sin embargo, cuando pasamos a la mera percepción de los individuos y preguntamos a la gente si en una escala de 1 a 10 se siente feliz en el conjunto de su vida, seguramente vamos a obtener un resultado mucho más favorable.
Si preguntamos qué tan positivo se encuentra, o qué tan bien reacciona ante la adversidad podríamos estar muy bien en esos rankings. Con esta reflexión quiero manifestar que los colombianos, como individuos, podríamos estar dentro de los muy felices aunque como país, y en conjunto, tengo serias dudas.
Desde luego que este interrogante es creyendo en Colombia, actuando por Colombia y entendiendo que el cambio lo generamos todos de adentro hacia afuera, que debemos empezar como individuos para que colectivamente logremos mejorar como sociedad y podamos vivir en un país mejor. ¿Qué podemos hacer para que Colombia obtenga de forma incuestionable este merecimiento?
La pregunta que surge entonces es ¿cómo se puede medir de una forma más objetiva la felicidad en las sociedades y en los países?
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