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Cuando pienso en felicidad y en qué debería haber es su «identidad genética» me pasan muchas cosas por la mente, pero me atrevería a sugerir cinco que consideraría NO negociables; coherencia, servicio, gratitud, compasión y resiliencia.

 

Cuando hablamos de coherencia, nos referimos a pensar, decir, sentir y hacer lo mismo.  cuando se le preguntó a Gandhi sobre el significado de la felicidad respondió: es «Cuando lo que pensamos, decimos y hacemos está en armonía» es decir que es lo mismo y no tenemos diálogos internos opuestos y contrarios que nos permiten coherencia entre nuestros pensamientos y nuestras vivencias.  Cuando vivimos en coherencia con nuestros principios vamos a tener una vida más feliz, más tranquila.  De manera que intenta vivir más consciente y que al final tus palabras se vuelvan tus acciones, pues a veces dedicamos mucho tiempo a hablar y poco tiempo a hacer y finalmente las acciones hablan más fuerte que las palabras, pues somos lo que hacemos.

 

El servicio está conectado con el amor.  Mi capacidad de servir es mi capacidad de amar.  Cuando hablamos de amor deberíamos pensar más en la capacidad de entregarlo que en la necesidad de recibirlo y cuando se ama de verdad, se está en capacidad de dar y por supuesto de servir. Solo se trata de poner en práctica acciones pequeñas que hablen por nosotros.  Es importante entender que no podemos dar nada que no tengamos, de manera que la primera responsabilidad que tenemos es amarnos, querernos, valorarnos y respetarnos.  Así vamos a poder amar, querer, valorar y respetar a los demás… “ dar es servir”.

Cuando no estamos en capacidad de agradecer lo que tenemos hoy, no vamos a estar en la capacidad de agradecer lo que en el futuro podamos tener y por supuesto lo que hemos recibido en el pasado. 

Un ejercicio simple que sugerimos hacer es todas las noches antes de dormir: escribir 3 cosas que agradeces del día. Haz este ejercicio al menos por 7 días y si te animas cuéntanos que pasó a nuestros correos (info@educandoparalafelicidad.com, info@plurum.co ).

 

Mi capacidad de ponerme en los zapatos del otro, de identificarme con el otro y sentir con él su sufrimiento, su dolor, pero además, acompañarlo del deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo ese sufrimiento se llama compasión.  La compasión es un sentimiento más poderoso que la empatía.

 

Hablar de la virtud de la resiliencia es dar relevancia a la capacidad de cada individuo de superar los momentos difíciles, donde la adversidad predomina, y poder regresar a un estado de equilibrio y armonía previo a estos tiempos difíciles.

 

Cuando vivimos de forma coherente, vivimos para servir, para amar, agradecemos la vida y lo que ella nos entrega y logramos sentir compasión y conectarnos con otros seres humanos, vivimos el presente y con seguridad que nuestro bienestar y felicidad se van a incrementar, por eso estos pequeños elementos, considero que hacen parte del ADN de la Felicidad.

¡Feliz día internacional de la Felicidad!

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