Cuando hablamos de felicidad y, especialmente, de felicidad organizacional, debemos empezar -como ya lo hemos hablado anteriormente- por creer, así como Pigmalión; sin embargo, es solo el comienzo y debemos medir nuestro impacto, tener la información y los datos para poder hacer las preguntas correctas y así poder tomar decisiones estratégicas, desde teoremas y no desde hipótesis.
La felicidad no es solo romántica; debe trascender y ser productiva, y lograr un negocio que sea sostenible en el tiempo.
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