La última ventaja competitiva

Por: Andrés Ramírez, Creador de Sueños en Plurum

No son las finanzas.  No es la estrategia.  No es la tecnología.  Son las personas cuando logran conformar un verdadero equipo de trabajo lo que se convierte en la verdadera ventaja competitiva dentro de las organizaciones y no solamente por el poder de generación de valor que logra un gran equipo de trabajo, es también por lo escaso que es encontrar uno en donde se conviva con las disfuncionalidades de las personas de una manera que colectivamente seamos más poderosos que de manera individual. 

Un equipo fracturado con ausencia de confianza, con incapacidad de controvertir por miedo al conflicto o a las consecuencias de hacerlo es como una pierna rota.  Arreglarla es doloroso, sin embargo, algunas veces para hacerlo debemos volverla a romper y eso es muchas veces más doloroso, porque debemos quebrarlo a propósito.  Aunque puedo decir desde ya que nada es más poderoso que un equipo que logra relacionarse de una forma saludable y que si debemos fracturarlo a propósito para que sane bien, vale la pena arriesgarnos. 

En ocasiones se cree que abordar las habilidades blandas es fácil, sin embargo, mi experiencia me ha mostrado que no tienen nada de “blando”.  Puede ser fácil en el papel, pero muy “duro” de poner en práctica. 

Trabajamos desde nuestra firma Plurum acompañando organizaciones y equipos de trabajo y encuentro en muchos que los comportamientos son muy políticos y quisiera definir este término para que todos tengamos el mismo significado para efectos de esta pequeña reflexión.  Ser político dentro de un equipo de trabajo es cuando las personas escogen con mucho cuidado sus palabras y acciones basados en cómo quieren que otros reaccionen en lugar de expresar lo que realmente piensan.

Muchos jefes, personas que tienen a otros a cargo, no son conscientes que su trabajo es cuidar, guiar y construir relaciones sanas con su equipo directo.  Por supuesto con el objetivo de lograr los resultados y construir el propósito común, pero dejamos de lado muchas veces esta labor como algo “no prioritario” y quiero señalar que es vital. 

Para construir confianza la mejor forma es confiando en los demás, para poder criticar a otros la mejor forma es estar abiertos a la crítica frente a nuestro trabajo.  Un líder debe cuidar de las personas y retarlas.  

Hoy hablamos mucho de #reconocimiento, de reconocer la buena labor de las personas y los equipos que trabajan dentro de nuestras organizaciones; pero no solo podemos reconocer, también debemos decirle a las personas cuando su trabajo no es lo suficientemente bueno, cuando su comportamiento no muestra los valores organizacionales o cuando dañan la cultura deseada y por eso debemos tanto reconocer como estar abiertos a la #crítica.

Tan importante es reconocer el buen trabajo y los buenos comportamientos como rechazar el mal trabajo y los malos comportamientos. 

No podemos evitar esa conversación, de lo contrario el reconocimiento se verá afectado en la misma medida y destruiremos las relaciones con nuestro equipo de trabajo. 

La falta de confianza y el miedo al conflicto son dos temas a tratar prioritarios cuando estamos armando nuestro equipo de trabajo.  No solo esto, sino además debemos lograr poner a las personas correctas en las posiciones adecuadas y esto es otro reto. 

¿Son conscientes de la importancia de la verdadera ventaja competitiva que un buen equipo de trabajo tiene? ¿Están dispuestos a construir ese equipo de trabajo de manera intencional?

*Créditos de la imagen: Semana.com

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *