Desde hace un tiempo he venido planteando la felicidad como un deber ser organizacional, gubernamental, pero sobre todo, personal.
No se si fue “El Dorado” el que inició esa cultura mafiosa y cortoplacista que ha hecho que nuestro país no quiera trabajar y pensar en el largo plazo, que estemos pensando cada día en “enguacarnos” y no en generar resultados sostenibles, no se si es el fenómeno de una sociedad cada día con mayores posibilidades y sin duda cada vez más insatisfecha, cualquiera que sea la razón sugerimos trabajar en dos grandes frentes dentro de las organizaciones, lo transaccional y lo relacional.
En los diseños de remuneración, recompensa, bonificaciones, reconocimiento y beneficios hemos encontrado que como con los hijos, la sobreprotección genera los mismos resultados que el abandono. Encontramos muchas empresas que sobrepagan, que exageran en los beneficios, que diseñan sistemas de compensación pensando solo en las vacas gordas y esto es tan insostenible como pagar mal, genera problemas similares y una insatisfacción eterna en ese cliente que solo quiere más y nada es suficiente. El concepto de Felicidad y Bienestar es generar entornos laborales extraordinarios, pero no es necesario dar mucho, es dar lo suficiente de acuerdo a las posibilidades de la organización, entendiendo que tener remuneraciones competitivas es un no negociable este es el punto de partida, lograr llegar a esa justa media donde filosóficamente se encuentran las virtudes, y de esta forma, no sobreproteger ni abandonar desde una mirada organizacional.
Estos sistemas de recompensa total deben ser equilibrados, pensados para crear modelos en donde todos ganen– modelo Gana – Gana que Covey propone–sin embargo, en este caso en un orden especifico, y con total convicción, sugerimos que primero debe ganar la empresa para poder mantenerse siempre de pie y poder así tener la fuerza para sostener a todos los “stake holders” que la conforman. Las empresas deben trabajar en generar más que igualdad, equidad, pues estos modelos no funcionan como en ocasiones se sugieren y diseñan algunos “pan para todos”.
En este camino, me sorprende la cantidad de empleados que hemos encontrado sentados esperando que sea la empresa la que genere todas las soluciones, casi delegando “la felicidad” en la organización, sin interés en asumir responsabilidades y esperando que se lo resuelvan todo. Cuando nos invitan a diseñar modelos de recompensa total en las organizaciones trabajamos dos aspectos fundamentales y profundos, el primero el transaccional, que es el que la empresa provee, en donde consideramos que la motivación debe ser la convicción de crear entornos, es decir, el “hacer” y el “estar” saludables en donde se pueda vivir el bienestar; lo segundo, lo relacional, aquello que vincula la creación de relaciones profundas entre las personas que trabajen en la organizaciones y que cada una de ellas, logre ejercer su liderazgo individual, pues una persona que se lidera, no se victimiza. Las empresas deben trabajar en proveer un entorno saludable, punto, eso no esta en discusión.
Estoy a favor de la felicidad, soy un promotor de ella, todos los días me levanto con el propósito firme de trabajar por la felicidad que hoy , además de ser mi vida, es mi propuesta y se basa en que la empresa se preocupe por el entorno, pero que volquemos todos los esfuerzos de la felicidad donde deben estar, en las personas, pues una persona feliz ejerce su felicidad con, sin o en contra de su entorno.
Quiero terminar con algunas sugerencias para que trabajemos como individuos en nuestras organizaciones:
- Seamos promotores de nuestra organización. Dejemos de hablar mal de nuestra empresa, de nuestros lideres y por el contrario, seamos parte de la solución y promotores de nuestra vida.
- Aprendamos algo nuevo todos los días y enfoquémonos en obtener maestría en nuestro trabajo.
- Conozcamos todas las semanas a alguien nuevo de la organización y creemos vínculos más profundos, conozcamos más de cada uno de los integrantes del equipo y de las personas con las que trabajamos.
- Lleguemos temprano, aprovechemos esas primeras horas para hacer el trabajo, así incrementamos nuestra productividad. (empresas, no castiguen a los productivos con sobregargas de trabajo, dedíquense a que sean los mediocres los que hagan bien su trabajo)
- Descansemos y durmamos bien.
ANDRÉS RAMÍREZ ORDÓÑEZ
PLURUM CONSULTORES
Profesor de Felicidad
@aro1975
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