Esperar hasta el último minuto no es una forma saludable y productiva de sacar lo mejor que hay en ti, si la tarea está relacionada con la parte profesional evidentemente involucra virtudes que tienes por naturaleza, por lo que se supone, no deberían convertirse en un dolor de cabeza.
Muchos afirman que la mejor manera de aprovechar tu tiempo y hacer bien el trabajo es teniendo un timeline más conocido como plazo encima y un jefe que esté recordando el plazo de entrega a toda hora, paradójicamente esta tensión se convierte en el mejor motor para cumplir con las obligaciones. Las personas suelen medir sus capacidades y retarse a sí mismos, “arriesgándose a coger la ola sin saber si logrará quedar de pie”, el asunto es que esto solo lo hacen cuando sienten el agua acercándose más no por iniciativa propia. El músico Dan Deacon, por ejemplo, explica esta reacción de la siguiente manera: «Luego de construir una casa, enciende fuego en el sótano para probar si puedes ir a dar al techo antes de que se queme toda la casa” algo arriesgado pero que surte un efecto positivo en muchos.
Por otra parte sale a relucir esta teoría: “ la inspiración del aburrimiento”. Una experiencia bien particular, se trata de incitarlos a todos a sentirse relajados, de tal manera que se empiece a sentir aburrimiento. Esta es una invitación a ser aburridos, a dejar que la mente vague y se distraiga, a perderse en sus propios pensamientos y por lo tanto abrir paso a encontrarte consigo mismo, así llegaran cosas sorpresivamente interesantes e ideas inteligentes que pueden aportar más de lo que imaginas y que de mantenerse siempre ‘focus’ en algo aparte de eso, no se lograrían.
No en vano o producto de un golpe de suerte de algún desocupado, aparece esta última teoría, la famosa escritora Agatha Christie, de hecho, declaró la ociosidad como la madre de la invención al igual que Theodor Rusell en su “Elogio de la ociosidad”.
Siguiendo el mismo hilo temático, según este último pensador hay dos clases de trabajo; la primera, modificar la disposición de la materia en relación con otra materia dada; la segunda, mandar a otros a que lo hagan. La primera clase de trabajo es desagradable y está mal pagada; la segunda es agradable y muy bien remunerada. Esta última es susceptible de extenderse indefinidamente: no solamente están los que dan órdenes, sino también los que dan consejos acerca de qué órdenes deben darse.
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En este mundo el que tiene poder de adquisición y capacidad para tener a personas a cargo suyo es un privilegiado emprendedor, si es tu caso, disfruta de esa condición de líder y trata de fortalecerla de la mejor manera para generar retención y poder dedicarte solo a dirigir, no te pongas todo el trabajo en el hombro, para eso pagas, para que otros lo hagan por ti. Finalmente, disfruta del aburrimiento y de las buenas ideas que este estado te puede ayudar a ingeniar, así en el momento menos esperado también estarás siendo un caso más de la virtud del mando.
*Ideas basadas en el artículo “Don´t Let Stress Fuel Your Creativity” de Robert Montenegro http://bigthink.com/ideafeed/dont-let-stress-fuel-your-creativity
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