Una armoniosa relación entre la jerarquía y las personas

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En :Plurum la realización personal y profesional son aspectos fundamentales de nuestra filosofía pues no solo aportan productividad a la organización sino satisfacción y fidelización por parte de quienes la conformamos. Hoy me complace darles la bienvenida a “Talento por correspondencia” un espacio en el cual se me ha dado la oportunidad de manifestar mi opinión, con sello y firma propia, sobre temas relacionados a la Gestión Humana. Los invito a leer esta sección cargada de innovación, análisis y temas de interés común, que desde hoy hace parte del blog de Plurum.

PD: Gracias, Plurum por creer en el talento de tus colaboradores.

 Daniela Castro Rojas

 

Nos situamos en el siglo XXI, específicamente en 2016, un año con infinidad de retos e innovaciones a nivel organizacional por lo que todas las empresas han visto la necesidad de moldear su cultura y visión a estos nuevos retos.

 

La retención del talento, se posiciona como aspecto clave en el listado de acciones que se deben empezar a emprender y tener en cuenta. El asunto es que de la palabra a la acción hay un gran paso, y se suma a eso, la resistencia e inmunidad al cambio que algunos colaboradores imponen.

 

A pesar de que el ser humano se caracteriza por su capacidad de supervivencia y adaptación, no es un común denominador el hecho de que para todos los casos sea igual de fácil emprender cambios repentinos, de hecho, el sistema de inmunidad al cambio es algo que “se forma desde que estamos muy pequeños y funciona básicamente como un sistema biológico que ha permitido a una persona sobrevivir a virus y enfermedades.” Es decir, así como nos es posible adaptarnos, también desarrollamos la habilidad de resistirnos y esto explica el hecho de que “en innumerables situaciones se asuma que si un colaborador no se adapta a los cambios de su organización es simplemente porque no quiere ni tiene la disposición de hacerlo” pero lo que esboza la ciencia, es que no es así.

 

Este sistema “le ha permitido a una persona protegerse contra las acciones de otros e incluso de sí mismo, pero de igual forma puede volverse un enemigo y prestarse para malas interpretaciones por parte de quienes lo rodean. Debido a esto, un colaborador puede estar imponiendo una barrera a nuevos retos y procesos que le proponga la compañía por lo que adquiere relevancia dentro de esta identificar si se trata de una resistencia voluntaria y consciente o de un comportamiento sobre el que la persona no tiene control.

 

 

Al margen de esta condición natural, entra a jugar un papel fundamental el lugar de trabajo. El líder o el equipo en general está en el deber de identificar y tratar esa resistencia al cambio, esto se logra a través de un acompañamiento introspectivo en el que el empleado debe ser honesto consigo mismo para lograr descubrir qué es lo que le impide lograr el cambio y así mismo, darlo a conocer.

 

Como explica la revista Harvard Business Review en su artículo The Real Reason People Won’t Change (La verdadera razón por la cual la gente no cambia), “si los empleados están comprometidos con una honesta introspección y franca revelación, deben entender que sus confesiones no serán usadas en su contra” por lo que prevalecerá la tranquilidad a la hora de compartir aquello que piensa y siente.

 

A continuación, tomando como base el artículo “La inmunidad al cambio y cómo vencerla”, serán mencionados cuatro momentos en los que se debe enfocar la organización y quienes la dirigen para poder influenciar a sus colaboradores y romper la barrera que impide que estos se adapten y moldeen al cambio.

 

En el primero está el objetivo que quiere alcanzar el colaborador, se debe poner de manifiesto o descubrir un logro ambicioso y motivador que lo saque de la zona de confort; el segundo hace evidente qué se está haciendo, o dejando de hacer, que impide alcanzar ese objetivo, expresado estrictamente en acciones puntuales y no sentimientos; el tercero son compromisos que compiten, en donde sí se deben escribir los sentimientos, inseguridades y temores que le están impidiendo hacer parte del cambio; y por último, el cuarto momento, en el cual se consignan los grandes supuestos o lo que asume la persona que le puede pasar si va en contra de aquello que debe hacer.

 

Con toda seguridad, mediante el seguimiento juicioso de estos consejos, la organización se convierte no solo en facilitadora sino en consejera y amiga de sus colaboradores, logrando no solo su satisfacción sino confianza y lealtad de forma tal que le sea fácil establecer esa relación armoniosa con aquellas personas que le aportan día a día.

 

Por Daniela Castro

 

 

 

*Algunos datos utilizados en este artículo fueron tomados de: http://www.capitalhumano.com.co/Gestión%20del%20talento/la-inmunidad-al-cambio-y-como-vencerla-5948?utm_source=Finanzas&utm_medium=V%C3%ADnculo&utm_campaign=Enlace%20Finanzas%201%20de%20junio

 

 

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